COMO EMPEZO ESTO

Hola a todos los que estén ahí.

No siempre escribí, aunque siempre rondó mi cabeza esa imaginación que me acompaña en las horas de pluma y papel, tanto cuando las musas me acompañas como cuando me dejan por algún otro afortunado.

Mucho se llevó la papelera antes de que decidiera guardar todos mis trabajos, hizo falta uno de esos empujones que da la vida y que te saca del cómodo sendero que te has trazado para que me diera cuenta de mi estupidez.

No pretendo nada con mis escritos, solo acallar las voces de mi cabeza y liberar mi corazón de sentimientos reprimidos.
Espero que disfruteis, me alegraría mucho.

Un saludo


Javier Tomas

(todas las imágenes están tomadas de la red)

RELATOS CORTOS


SOLA

En cual piedra tropezaste que te saco del camino. Terminaste en los zarzales, toda cubierta de espino.

En el parque esta cuando rompe la mañana, con su ropa escarchada y blanca su sucia cara.

Solitaria figura, que como lejano olivo, solo la sombra acompaña, perdida, en el olvido.

Se la ve paseando con su roído abrigo. El suelo es su mirar. El silencio, su amigo.

Ebrio de tristeza, el silencio calla, solo la arrulla al oído, lindezas por las que ella paga.

Que murmurara en esos nerviosos labios. A su amigo va durmiendo, como jarros de vino.

Los perros que te husmean son tus molinos de viento, arremetes contra ellos, siendo tu mayor tormento.

Desdentada boca, parece siempre reír. Risa de la locura, de un triste devenir.

Su cansino paso, arrastrando los pies, va dejando una huella que no despierta interés.

Difícil de imaginar que una vez lucio una sonrisa, y esa expresión de locura, pinto de ilusión por la vida.

Con el sol a tu espalda, el futuro ya no brilla. El rió de la vida junta ya sus orillas.

Tu historia se perderá, como la ceniza al viento, el humo en un hogar, como carta de amor ardiendo.

Quien sola vive, sola murió. Que sola en esta vida anduvo. Y sola y sin adiós, expiro. Sola.


MI MORENA CONTRA EL ROSAL

Paseo por el parque, intento distraerme, no puedo olvidarte, ni estar sin ti. Todo lo que veo te recuerda. Todo lo intento comparar y en todas las batallas sales victoriosa pues nada en este mundo te puede mejorar. Esos rosales floridos ¿cómo van a ser mas bellos que tu?. El suave contacto de un pétalo, que a cualquier mano encanta, su perfecta textura, su brillante capa, ese perfecto color de delicada finura, ¿acaso a tu piel morena le puede ensombrecer?, horas estaría con mis manos recorriéndola, mejilla contra mejilla, corazón con corazón, observándola toda una vida, que ojala fueran dos, que hasta las imperfecciones están puestas en su sitio, que tan bonitas son que solo las pudo poner Dios. La fragancia de la flor que tantos perfumes llevan, que tantos alaban y a tantos hechizan ¿se puede comparar con el olor que tu desprendes?, hueles a jazmín y clavel, a tierra mojada, a aire fresco de los pinos, a la jara en los caminos, a la dulce piel de los bebes, a canela, a tomillo, a zumo recién exprimido, a fruta fresca arrancada, a hierba segada, a la brisa del mar, al matutino roció, hueles a no se que, tan divino me parece que no consigo encontrar algo con que describirlo.
Las rosas mil veces pintadas, representan el amor, en infinidad de jarrones y estantes, en sendas de paseantes, macetas de balconadas, en peinados de engalanadas ¿con tu belleza comparar?, mas quisieran tener tus ojos, de ese negro profundo, que cada vez que lo miro creo ver otro mundo, con su cielo y sus estrellas, con su luna en lo mas hondo, que es noche de esti9o, cálido y reconfortante que otra cosa no comiera que mas me alimentara. Y esos labios que me ríen que no me puedo contener, dulces como la miel, deseables, adorables, irresistibles, pozo de placer, que cuando me hablan me absorto, si me susurran me hechizan y cuando me tocan el paraíso rozo. Y ese cuerpo ¿acaso hay rosa en el mundo que esa figura pueda tener?, su delicadeza, su realeza, abolengo de afrodita, modelo de perfección, templo de belleza, que seis días tardo el creador en hacer el mundo y el séptimo descanso, otros seis en crear cosa tan divina y el séptimo no descanso, solo la contemplo. ¿ Y que rosa conoces tu que tenga esa cabellera?, negros rizos que cubren tan magnifica hembra, brillo oscuro refleja tan Purísima seda, que por mis manos resbala como gata de cera. Tus cariños, tu ternura, la bondad de tu alma ¿qué flor podrid darme un amor como el tuyo?.paseo por el parque y digo “ Rosa que el rosal moras, no te dejes convencer, tu belleza es irrisoria comparada con esta mujer”.


AHORA QUE ME FALTAS
Cuantas veces negué la evidencia que eras mucho mas para mi
Que un día contigo no era un día más.
De que un día sin ti es uno a descontar.
El sol que me alumbra no lo hace más que tú
El viento que me refresca ya no llega a mi corazón.
Ahora que me faltas siento en todos los silencios tu ausencia.
Ahora que me faltas no lo puedo negar.
Eres la lluvia al regar,empapando todos mis rincones.
Sin ti mi flor no es flor.
Sin ti mi tronco es leña, que arde por que se empeña en calentar el frio vació que a sustituido a tu presencia.
Ahora que me faltas el adiós se convierte en un pecado.
Ahora que me faltas, el recuerdo es mi única redención.
Como la marea que al subir reencuentra la seca arena rota en mil granos danzando con astillas de madera.
Lo que nunca se junto mientras pertenecieron a ella, por flotar antes de naufragar, por ser la cama que te alberga, juega en tus orillas en desafiante aptitud, mientras suplican las olas, con reiterada humildad.
Ahora que me faltas, no encuentro la paz.
Ahora que me faltas perdí mi guia.
Ya no tañen las campanas, no las vio en su torre bailar.
Perdí el horizonte que siempre ataje, para burlar mi destino.
En un cruce de caminos, la senda errónea elegí, la que me aleja de ti, la que marco mi sino.
Ahora que me faltas, se lo que me falta.
Ahora que me faltas, se lo que perdí.
Ahora que me faltas mi vida es otra, vacía, marchita, herida.
Dispuesta a nacer, aunque no lo deba merecer.
Dispuesta a morir, aunque me quiera resistir, pero no a continuar en esta perpetua condena.
Conocer el amargo material del que esta hecho el dolor, y aprenderlo............ahora que me faltas.


A una amiga que perdio a alguien muy importante.


EL RIO




Jolgorio de pequeñas aves anuncian tu presencia, con tus frescas aguas riegas esas ricas vegas, que fuente de vida crea. Pajarillos coloridos revoloteando por tu vera, buscando insectos que llevar a sus nidos, donde pequeños polluelos no paran de piar envidiando a sus padres por poder sobrevolarte. Esos juncales carnosos, plagaditos de libélulas con sus brillantes alas moviendo sin parar. De todos los colores mantas de flores donde las abejas no terminan de trabajar, que en su panal colgado rica miel van fabricando, y algún curioso picado por querérselo quitar. Y esas mariposas, muchas de ellas preciosas, esos dibujos difíciles que no sabe uno por que, pero que si lo hiciera a propósito no lo haría tan bien. Croando las ranas con esos saltitos y tan divertidas al nadar, que si se posa una mosca despliegan su lengua y no la veras fallar. Pequeños roedores por los alrededores que a aves rapaces hacen volar, en amplios círculos a gran altura con sus alas extendidas localizando los diminutos movimientos de los graciosos alimentos. Y detrás de sus aguas esas doradas truchas, que suben buscando los insectos, larvas ninfas y algún anzuelo para que afuera la sacara, adornando tostadita el plato de algún comensal que se la comerá. Con bogas, barbos, y cachos forman tu comunidad, vida que a tu excelencia nace como crías a una madre de la que van a amamantar.
Cuando llego a tu orilla y veo todo, no paro de pensar, criatura mas simple y cuanta diversidad. Me tumbo en un verde colchón metiendo mi mano en tu cauce, sintiéndote. Veo tu nacimiento saliendo alegre de rocas profundas, como saltimbanqui bufón salpicas en tu caída a todo lo que llegas, levantando una cortina de agradable humedad, que llegando al estío un sudoroso caminante te lo agradecerá. Como una telaraña no solo de las entrañas el caudal crecerá, pequeños arroyos de mil sitios recónditos salen a encontrarte y vaciar, dando su vida para que crezcas y todo tu entorno florezca ¡Que gran generosidad ¡. En estrechas orillas tu velocidad sustenta unas piedras pulidas de antiguo rozar. Pequeñas cascadas forman remolinos, vueltas y vueltas sin nunca parar. Alegres meandros que se van formando cuando tu energía no se puede controlar. Ensanchando las orillas, cogiendo profundidad, te vuelves majestuoso en largo caminar.
Llegas a mi tranquilo, mis dedos casi no sienten descenso, aunque seguro que agua que me a mojado no me volverá a mojar. Superficie cristalina, reflejo arbolado, suave terciopelo, baño engalanado, ¿qué me quieres decir con tus sonidos?, que me cuentas, oigo el alegre chapoteo, serán las jóvenes aguas que están en el recreo, la tintineante cascada, adolescentes ruidosos que están deseosos de diversión y movimiento, que no encuentran el momento de reposo. Esa corriente, adulto trabajador llevando comida a su alrededor, arrastrando todo tipo de seres y vegetales con el que otros mas grandes se saciaran. El susurro, como dos enamorados cuchicheando al oído y riendo, nadie sabe lo que dicen, pero todos lo comprenden; quien no te sepa escuchar, nada te entiende, pero yo que te contemplo en toda tu trayectoria, en todo tu esplendor, te oigo como a un amigo, huelo los perfumes y los entiendo.
Me hablas de esos niños chapoteando en la charca, jugando y refrescando sus cuerpos, del perro que bebe en tus aguas y luego se tumba a la fresca sombra de un chopo, del nadador brioso que en tus bravas aguas lucha contra corriente, del pescador lanzando una y otra vez la falsa mosca, de todo lo que nevó el invierno pasado, que de helada materia agrando tu cauce, de lo poco que llovido la primavera que empobreció tu entorno, los rayos que te tocaron, los truenos que retumbaron, del viento llenándote de hojas y polvo, de tantas historias que las horas pasan mecido en tu nana, tumbado a tu vera, con mis dedos en tus aguas, los ojos cerrados, los oídos atentos, mi olfato exaltado, mi corazón contento y con la certeza en la mente que no tardare en volver.


VANIDAD FLORAL

La flor esta marchita, los pétalos caen en ultraje a la belleza, perdiendo su brillo y suavidad, matando un color que un día, no hace mucho, causo admiración. Ahora se mantiene mate, secos, roídos en sus contornos, temerosa de la mas leve brisa, antaño vía de extender su excelencia, arrojando su perfume a los cuatro vientos, con insolencia, incluso con soberbia, saturando el ambiente de su reinado, nadie podría pasar e ignorarla, nadie que tuviera la menor sensibilidad a la fragancia. Sin embargo, cuando su tallo dobla a la insignificante levedad del aliento montañés echas ha temblar. Cuentas una y otra vez tus pétalos, y cuando falta uno es como arrancarte al hijo de tus brazos, condecoración retirada a la vejez involuntaria, lagrima de dolor y pena que resbala por el aire pareciendo nunca tocar suelo.
Que cruel es el destino, una hermosura como la tuya tendría que ser imperecedera y no efímera. Tenia que ser impronta en la retina, inerte al tiempo, y no de rauda primavera. O al menos como ese roble, ese olmo, o ese pino, ellos no tienen tu estilo, tu forma, tu olor y en cambio duran mucho mas, se alzan señores de sus tierras, vigilantes en sus dominios, protegen a sus siervos, dando sombra, alimento y cobijo como si se pudieran comparar contigo. Tu siendo mas frágil, mas temporal, levantas mas ánimos, todos te quieren como deseado adorno. Cuando alguien celebra algo no le regalan un ciprés, cuando le quieren premiar un carrascal, o cuando le van a despedir con ojos llorosos o emotivo adiós. Te regalan a ti, como reconocimiento a tu valor, a lo que simbolizas, a lo difícil de tu perfección. Un árbol tiene muchos años para alcanzar su tamaño y sus beneficios, pero tu con una delicadísima exquisitez te yergues sobre todos sin siquiera medir unos palmos, pero palmos de oro, tesoro comprimido.
Aun recuerdas cuando solo tu predominabas en esos campos, se movían tus aun ágiles pétalos, tu cáliz era cortejado por innumerables mariposas, que admiradas por tu apostura te rendían pleitesía intentando sacar esencia de ti. Esas abejas, que su merito tienen, pero es privilegio tuyo poner la materia para la tan celebrada miel, banasta de beneficios solo de pequeñas partículas de ti.
El sol te sonreía todas las mañanas cuando el fino roció cubría en delgadas perlas, toda tu figura, creando una capa de brillo mas parecido a manto real que a humedad acumulada, haciendo de tu estampa crisol de lo creado, jactancia de la naturaleza, modelo de perfección, deseo universal, elevaba el calor pero con suavidad, a sabiendas que un exceso de temperatura dañaría tu quebradizo esqueleto y sedosa ropa.
La luna, cuando trabajaba, procuraba mantener un agradable ambiente, Para no estropear lo que el templado día consiguió, y así radiar con fuerza e iluminarte para poder recrearse en la tranquilidad nocturna.
La lluvia se lanzaba contenta pensando en que tu sabia bebería de ella y se convertiría en milagrosa transformación crisálida, nunca podría elegir un renacimiento mejor, metafísica de un elemento simple, ilusionismo prodigioso, hechizo de hada.
Los insectos se postraban a su paso, como beata en relicario, ante diosa celestial, ellos, últimos seres terrestres, de pobre aspecto y mísero alimento, depredado por cualquier ser que mida poco mas, ínfima vida de subsistencia, ver en ti lo mas parecido al paraíso celestial, sublime composición orgánica.
Tiempos aquellos en que eras el centro, cetro soñado, la dulce niña bonita que todos miman, pero todo cambio. El astro empezó a tratarte con menos delicadeza y a sofocar en exceso. El agua, necesario para tanta deshidratación, ya no te cortejaba.
La luna perdió el respeto y dejo la refrescante caricia por el sofocante abrazo. Te empezaste a secar y no tenias con que luchar. Te diste cuenta que habías vivido mecida y tratada como una reina, lo que eras, pero el regicidio había echado a andar, los elementos se conjuraban con la que había adorado, en vez de mantenerte, su envidiosa actitud derivaba en tu perdición, lo notabas, día a día, no te cortejaban ya halados súbditos, no livanaban en ti. Los pequeños merodeadores pasaban de largo sin su genuflexión.
Tus pétalos se ajaban impunemente. Y de repente ocurrió. La noche empezó a enfriar y un gélido aire, refrescado por odiosos bosques lejanos, empezó a golpearte, Agua caía, pero furiosa, racheada por Eolo, cruel y sin miramiento. Notabas como flaqueabas, tu inseguridad era acuciante hasta que sucedió, el primero, siempre hay un primero, cayo .En lenta caída, sin importancia, pero presagio del desastre, ave de mal agüero, cayo. Y luego vino mas, tu corazón se rompía al ver el desastroso momento.¡Cuánto sufrís!, ¡Muerte mas espantosa!. Ver lentamente como va destruyendo una vida desmoronando el sentido de toda ella. Ver la única virtud que mantenía, robada por algo externo a la misma .Otro mas. Alopecia decadente. Tortura temporal. Otro. Maldito norte, que bajas haciéndote sentir. Otro. Casi no quedan ni para una corona de cinco puntas. Dos se van, ni reina madre. Adiós, te vas, siento tu dolor, tu pena, tu angustia. Oigo tus gritos de auxilio perdidos en una sorda naturaleza cruel con sus elementos, cruel y generosa, pero ahora cruel, dura y cruel, matar a tanta belleza, a tanto encanto, a tanta perfección. Adiós, siento no poder socorrerte pero tu reinado termino, gloria a ti, gloria a tu belleza. La próxima primavera a tu descendencia volveré adorar, pero tu apostura es efímera y frugal, fruslería de una vida, y aunque te rinda pleitesía la belleza de un día no se puede eternizar. Adiós pequeña, buen viaje.



EL CAMINO

El camino es el sentido que nos lleva al destino, incierto y retorcido, con cruces no marcados, con descensos anunciados por subir lo que has subido.
De ligeras alforjas vas provisto peregrino, que tan largas distancias requerían cien vestidos, pero con pobres harapos empiezas andar, que algo mas adelante, desnudo te has de quedar.
Cargado de vino y miel te anunciaron el condumio, pero quiso el infortunio que sea vinagre e hiel.
Si en una curva, te sales del camino, cambiaste el sentido de lo andado ya, vuelves a empezar sin saber donde te lleva y en la misma piedra volver a tropezar.
Que senda mas misteriosa, quien trazo el laberinto, que tiro del arado, cual fue su inicio.
Ay, peregrino perdido, que solo te queda andar, y hasta llegar al final, no descifrar lo vivido, que todo puede cambiar y emborronar lo percibido, o darle un sentido.
No desesperes amigo, disfruta con el paisaje y nadie se puede quejar, que vivimos para andar por el tortuoso camino y ni lo mas divino un tramo nos ha de ahorrar.



LA HUELLA

Impresa en mi alma, de perfiles difusos y colores indefinidos, una huella que me guía por no deseados caminos.

No quiero seguir su sino, que marca mi destino. No quiero seguir su estela, que me arrastra aunque no quiera. No quiero su suave tacto de seda roída que mi vida impronta de realidad teñida.

Intento despegarme de esta tela de araña, que se me pega con saña y no me puedo arrancar.

Me revuelvo furioso contra su acoso. Tengo pendiente empezar a luchar. Pero cuando noto su presión, abandono el intento, algo de adentro se empieza a manifestar.

La huella crece, toma forma, veo claro sus perfiles, y por mis ojos asoma. Es un bruñido metal que refleja lo no querido, el sentido equivocado que una forja a forjado, estructura imborrable, obligada desde la cuna, que quien sabe si la fortuna tuvo a bien crear. O es la pisada de una vida pasada. O es el dedo creador, que en pleno ardor, cincelo garabatos en el aire, y arrebatado de pasión en mi insuflo. O es el diablo burlón que muerto de risa juega con los destinos con cartas en las mangas de su camisa. Nunca lo sabré, ni podré discernirlo. Pero en herrero me convertiré, y a base de fuego y martillo sobre el yunque trabajare y lo que fue daga en espada, lo que fue aire, huracán, el terciopelo en esparto, y lo que fue temor en impulso irrefrenable. Que si alguien tiene que reírse, reiré, reiré, y reiré, Aunque solo sea por esta vez.