COMO EMPEZO ESTO

Hola a todos los que estén ahí.

No siempre escribí, aunque siempre rondó mi cabeza esa imaginación que me acompaña en las horas de pluma y papel, tanto cuando las musas me acompañas como cuando me dejan por algún otro afortunado.

Mucho se llevó la papelera antes de que decidiera guardar todos mis trabajos, hizo falta uno de esos empujones que da la vida y que te saca del cómodo sendero que te has trazado para que me diera cuenta de mi estupidez.

No pretendo nada con mis escritos, solo acallar las voces de mi cabeza y liberar mi corazón de sentimientos reprimidos.
Espero que disfruteis, me alegraría mucho.

Un saludo


Javier Tomas

(todas las imágenes están tomadas de la red)

LOS ELEMENTOS





LA MAR.

Mar abierto
donde perder la mirada
delicada brisa perfumada
que te hace recordar
otra ya pasada.
Desmenuzados restos
reposando sobre la orilla
acariciados por las olas
que te traen noticias
de allá donde no llega la vista,
repitiendo su canción
haciendo coro amigo
que a tus oídos regalan,
tu paladar empalaga
de un dulce relatar,
tantas horas pasadas
en tan bella compañía,
tantos sueños perdidos
en su lejanía.
Tantos pensamientos hundidos
en su profundo azul.
Agradecido corazón
que al mar ofrendas
los más nobles sentimientos,
los más altos halagos
por la marea
que arrastró tus penas
trajo tranquilidad
cuando la necesitabas,
acarició tus pies
sabiendo la urgencia
de tu alma
de ser
arrullada y mimada.
Nunca se fue,
siempre estaba
buscando la ocasión
de devolverle a tu corazón
lo que también siente.
En la cresta de sus ondas
repite la canción.
En la cresta de sus olas
te trae paz y amor.













EL HORIZONTE


Ahí esta.

Perdido más allá de las esperanzas,
rompiendo con su sonrisa el infinito,
esperando como cesta de vanas ilusiones,
a un viajero llamado destino.

Portador del principio y del final,
perseguido por su propia sombra.
Guía de conquistadores.
Sueños de la ignorancia.

Nunca supiste esconderte,
del roce de mi mano,
de una mirada furtiva,
de un suspiro de desencanto.

El sol quema tu frente,
como la noche enfría tu voz,
opaco te hace la lágrima,
y la felicidad veloz.

Cuando quiera encontrarte,
mi nariz levantaré,
olfateando en el aire,
el viejo aroma de mi niñez.









AL FINAL DE LA NOCHE

Amanece,

la luna apaga su tenue brillo

esperando la ocasión

de ser otra vez observada.

Las sabanas pierden su calor

cuando el canto del gallo las abra.

Deja de soñar la fregona

que era princesa.

La princesa

que era doncella.

La vieja

que todavía es bella

y el niño que es mayor.

Los hogares

vuelven a encenderse.

Los candiles

a su luz.

Corta fue la noche

a quien no paro de labrar.

Al alma solitaria

le llegó la algarabía.

Al mundano jolgorio

sus risas enfría.

Al nostálgico amor

horas de amargo recuerdo.

Los amantes se besan

sabiendo el final de su encuentro.

La muda calle

prepara otra vez la sordina.

Vuelven las voces.

Puertas chirrían.

Los pequeños protestan

en su desconcierto.

El anciano queja

de su dolorido cuerpo.

Olor a pan invade.

Puchero ponte al fogón

que acaba el tenue brillar.

El roció ya reposa

y solo resta una cosa,

otro día que comenzar,

mientras espera azarosa

la luna para volver a brillar.









AIRES

Aires con sabor a pétalos

sabor a dulzura

temperatura de primavera

meciendo suave

los campos sembrados.

Cabellos sueltos

que juguetean infantiles.

Aires que huelen a humedad

en medio de eriales,

campos sedientos,

ganado enjuto,

rogativo campesino

que vuelve a ver llena

su agotada despensa.

Aires que traen recuerdos,

olor a pan recién cocido

asado con tomillo

al jabón de la abuela

a tierra mojada

a jara caliente

a la hierba segada.

Aires que contonean cometas,

revuelven hojas secas.

Remontan al ave

desplazan el polen

alejan la pluma

acercan la arena

creando la duna.

Aires de mi niñez,

de pantalón corto

mochila de rancio cuero

libros de tres manos

coderas de prieto cosido

zapatos de dos hormas

plumier de mates colores.

Aires que traen perfume

a la piel ansiada

al lugar del encuentro

que solo fue nuestro,

un momento deseado

un recuerdo eterno

un placer interno.

Aires que impulsan al indeciso

templan al valiente

tranquilizan al cobarde

calientan al anciano

secan el sudor del niño

termina el invierno

alivia el estío.

Aires de libertad

de amor y paz

ilusiones de futuro

esperanza de añoranza

salud recobrada

penas perdidas

amores reencontrados.

Aires que traen.

Aires que llevan.

A quien va, le viene.

A quien viene

le frena.

Unas acompaña,

otras desespera.

Todo lo trae.

Todo lo lleva.

Ondeo mi pañuelo

al decir adiós,

seca mis lágrimas

y llévala mis palabras,

aire, tú que vuelas.





LA HOJA

Desnudo suelo se estremece
ante el tacto de una hoja
ocre de duras batallas
diosa de época gloriosa.

Legiones yacen inertes
que un día lucieron orgullosas
colores de ansiada esperanza
para oscuras y frías losas.

Tumba que barre el viento
alejando hasta el olvido
sin túmulo ni funeral
sin consuelo de un suspiro.

Triste hado te tocó
después de ser sombra y corona
de ser guía de vientos
de ser bella ladrona.

Largo invierno de espera
para volver a pasear
bajo fresca sombra altanera,
sombra que tú me has de dar.